El 4-2 propinado al Osasuna en el Santiago Bernabéu supuso el último encuentro de Mourinho como entrenador del Real Madrid; despidiéndose entre otras cosas invicto esta temporada en casa.
Mourinho acosado por la prensa |
No tenía la más mínima idea de cómo iba a despedir la afición al portugués. Todo comenzó con la salida retardada de Mou (aguardó bastante tiempo en el pasillo que conectan los camerinos al campo), saliendo prácticamente cuando se estaba haciendo el saque de inicio, allí se enfiló a saludar a la banca rival, y al regreso se encontró con la avalancha de "periodistas" que invadieron la zona técnica, le persiguieron y provocaron que el partido tuviese que pararse por parte del árbitro central. Un fiel reflejo a lo que fue su etapa en el Madrid de acoso y derribo, que no podía acabar de otra forma; una falta de profesionalidad increíble.
Los minutos prosiguieron y el fondo sur comenzó a hacerse presente con los típicos cantos de "¡José Mourinho!", cada uno más ensordecedor que el anterior, a lo que un sector reprimió con silbidos (ese mismo que aplaudió al portero suplente del Osasuna cuando ingresó al campo, o que silbó a Arbeloa cuando fue sustituído).
La transmisión televisiva se encargaba en colocarnos el plano de Mou cada vez que podía; el míster se mostraba tranquilo y dando órdenes constantemente, no por ser un partido intrascendente había que tirarlo por la borda. Cuando el partido estaba por terminar, los gritos en favor de Mou eran cada vez más notables, muchos piperos ya habían abandonado el estadio por aquello del atasco. He de confesar que una vez ví que faltaban 5 minutos para el final, la piel se me comenzó a enchinar y las lágrimas se hacían presentes. Sabía que estábamos llegando al final de una época en la que recuperamos el honor y el lugar que le corresponde al Real Madrid en Europa y el mundo, el entrenador que defendió al Real Madrid a capa y espada futbolística e institucionalmente estaba por retirarse por última vez por el túnel de vestuarios.
Tifo en agradecimiento a Mourinho |
Al finalizar el partido, esta vez Mou no se fue directo al vestidor; tuvo el gesto de salir de la zona técnica, dirigir su mirada y sus aplausos al fondo sur y agradecer el apoyo de aquellos que estuvieron incansablemente y desinteresadamente apoyando al equipo segundo a segundo durante los tres años que estuvo aquí.
Esa misma afición que no se retiró ni 15 minutos después de haber terminado el partido, con todo el resto del estadio prácticamente vacío; coreando el nombre de Mourinho. El técnico regresó al campo y tuvo de nuevo un gesto de agradecimiento, esta vez recibiendo además una placa conmemorativa que le agradecía su estancia en el Real Madrid, y fotografiándose con los representantes de dicho movimiento. Jamás había visto tal cosa, si cuando abandonó el Chelsea o el Inter no lograba comprender cómo se podía dejar un gran vacío por un técnico, esta vez tocó sentir ese mismo sentimiento. Este tío deja huella allá donde va.
Muestra de ello, los mensajes de despedida de muchos de los jugadores por medio de las diversas redes sociales, Arbeloa, Modric, Xabi Alonso, Callejón, Khedira por mencionar algunos. ¿Aquí se supone que debería salir también el capitán no?.
El futuro se encargará en poner a Mou en el lugar que se merece, y que ya una gran mayoría le reconoce. La prensa se siente victoriosa, y algunos jugadores creerán haber ganado su guerra particular, pero se equivocan. ¡Gracias y suerte en la vida José!.
Buenas, Mourinho se va con una plantilla y publico dividido. A ver que técnico ficha el R.Madrid.Saludos!
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Hola Ángel. Como leí de alguien por ahí: la división no la hizo Mourinho, la creó la prensa deportiva, aquellos que quisieron ver más allá o quedarse simplemente allí. ¡Saludos!
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